Mujal, las elecciones y el poderoso caballero
La sociedad cubana de la república neocolonial se vio signada por la impronta de un personaje que, oriundo de Cataluña, con cinco años de edad arribó a la Isla en octubre de 1915, por el puerto de Caimanera, y pasado el tiempo accedió a elevados planos de la vida política de la nación.
Se trata de Eusebio Juan Salvador Mujal Barniol, quien desempeñó un triste papel en la historia del movimiento sindical cubano, señala el historiador Walfrido La O Estrada. En 1931 ingresó al Partido Comunista, pero su tendencia trotskista motivó que fuera expulsado al año siguiente.
Plegado a los intereses yanquis, directamente defendidos en la región guantanamera por los ocupantes de la Estación Naval de Estados Unidos en Caimanera de incuestionable influencia directa en la vida económica, política y social del territorio, aupado por estos se convirtió en dueño absoluto de Guantánamo.
CLÁSICO MANENGUE
Aunque no era cubano, la compra de alrededor del 80% de los delegados de barrios del Partido Auténtico (PRC) en Guantánamo le permitió participar con todos los derechos en la Asamblea Constituye de 1940, en la que se esforzó, sin lograrlo, para que se aprobara que los extranjeros pudieran ocupar altos cargos políticos. En las elecciones celebradas en ese año resultó elegido representante, ocasión en la cual no circuló tanto el dinero, ya que la Constitución establecía que las cédulas debían estar acompañadas por las fotos de los votantes, lo cual puso cierto freno a un largo período durante el cual votaban hasta los muertos.
Así Eusebio Mujal inició una ascendente carrera política saturada de fraudes y cañonas para imponer a sus candidatos, y por supuesto, a sí mismo afirma La O. Muchos ejemplos lo confirman, entre ellos lo ocurrido en las elecciones de 1944, cuando de la Junta Electoral de Guantánamo desaparecieron diez mil boletas. Como siempre mantuvo relaciones conmigo, el Partido me encomendó visitarlo y averiguar si tenía algo que ver con el asunto. Me respondió con toda franqueza: se las había comprado al juez, por unos pesitos, para utilizarlas el día de los comicios. Así supe, y pude informar, de la existencia de la llamada boleta mensajera, verdadera burla a la Ley de Leyes de la nación.
Ese año salió electo senador, gracias a que compró a todos los delegados del PRC de Guantánamo; rejuego que afectó al vicepresidente de este partido allí, Gualberto Olivares Speck, quien también aspiraba y quedó como suplente. Gualberto impugnó el resultado ante el tribunal, con la presentación de una copia de la página del libro donde se registró el arribo de Mujal a la Isla.
Pero Mujal no se cruzó de brazos. Encomendó quemar el libro a Fermín Morales, un proxeneta de Caimanera a quien en pago situó poco después como alcalde de Guantánamo, en tanto Francisco Aguirre Vidaurreta, otro de sus secuaces, se encargó de viajar a Cataluña y mediante el abono de cinco mil dólares compró un acta de defunción de Mujal, y después, en Santiago de Cuba, por igual precio, la de nacimiento. Así se hizo cubano.
Sus tropelías politiqueras no se redujeron a los graves hechos anteriormente narrados, como confirma el siguiente pasaje contado por el propio La O Estrada:
Para las elecciones de 1948, el alcalde del municipio de Yateras, Ernesto Caballero Suárez, y Manuel de Jesús Cayol, secretario general del sindicato azucarero del central Santa Cecilia, de Guantánamo, aspiraban a representantes por los auténticos. También lo hacía Mirella Prío, con el apoyo de Mujal, quien con el objetivo de garantizarle el éxito pagó dos mil pesos a Caballero Suárez y mil a Cayol, para que desistieran. Ese dinero, como todo el que empleó en sus maniobras políticas y antisindicales, así como del que se apropió, no sólo procedía del erario público y de la AFL (organización sindical norteamericana), sino también de la Base Naval, de donde se lo proveía Serafino Romualdi, un italiano-americano agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Mujal era el clásico demagogo. En Guantánamo hablaba con todos: en las esquinas, en sus casas, e iba vestido como cualquier ciudadano común. En ese desenvolverse encontró la forma de agenciarse simpatías e imponerse para satisfacer sus ambiciones, que eran muchas, y no dudo que entre ellas figurara la de llegar a ser presidente de la nación. Por suerte para todos, el triunfo de la Revolución nos libró, además, de semejante monstruo.
Se trata de Eusebio Juan Salvador Mujal Barniol, quien desempeñó un triste papel en la historia del movimiento sindical cubano, señala el historiador Walfrido La O Estrada. En 1931 ingresó al Partido Comunista, pero su tendencia trotskista motivó que fuera expulsado al año siguiente.
Plegado a los intereses yanquis, directamente defendidos en la región guantanamera por los ocupantes de la Estación Naval de Estados Unidos en Caimanera de incuestionable influencia directa en la vida económica, política y social del territorio, aupado por estos se convirtió en dueño absoluto de Guantánamo.
CLÁSICO MANENGUE
Aunque no era cubano, la compra de alrededor del 80% de los delegados de barrios del Partido Auténtico (PRC) en Guantánamo le permitió participar con todos los derechos en la Asamblea Constituye de 1940, en la que se esforzó, sin lograrlo, para que se aprobara que los extranjeros pudieran ocupar altos cargos políticos. En las elecciones celebradas en ese año resultó elegido representante, ocasión en la cual no circuló tanto el dinero, ya que la Constitución establecía que las cédulas debían estar acompañadas por las fotos de los votantes, lo cual puso cierto freno a un largo período durante el cual votaban hasta los muertos.
Así Eusebio Mujal inició una ascendente carrera política saturada de fraudes y cañonas para imponer a sus candidatos, y por supuesto, a sí mismo afirma La O. Muchos ejemplos lo confirman, entre ellos lo ocurrido en las elecciones de 1944, cuando de la Junta Electoral de Guantánamo desaparecieron diez mil boletas. Como siempre mantuvo relaciones conmigo, el Partido me encomendó visitarlo y averiguar si tenía algo que ver con el asunto. Me respondió con toda franqueza: se las había comprado al juez, por unos pesitos, para utilizarlas el día de los comicios. Así supe, y pude informar, de la existencia de la llamada boleta mensajera, verdadera burla a la Ley de Leyes de la nación.
Ese año salió electo senador, gracias a que compró a todos los delegados del PRC de Guantánamo; rejuego que afectó al vicepresidente de este partido allí, Gualberto Olivares Speck, quien también aspiraba y quedó como suplente. Gualberto impugnó el resultado ante el tribunal, con la presentación de una copia de la página del libro donde se registró el arribo de Mujal a la Isla.
Pero Mujal no se cruzó de brazos. Encomendó quemar el libro a Fermín Morales, un proxeneta de Caimanera a quien en pago situó poco después como alcalde de Guantánamo, en tanto Francisco Aguirre Vidaurreta, otro de sus secuaces, se encargó de viajar a Cataluña y mediante el abono de cinco mil dólares compró un acta de defunción de Mujal, y después, en Santiago de Cuba, por igual precio, la de nacimiento. Así se hizo cubano.
Sus tropelías politiqueras no se redujeron a los graves hechos anteriormente narrados, como confirma el siguiente pasaje contado por el propio La O Estrada:
Para las elecciones de 1948, el alcalde del municipio de Yateras, Ernesto Caballero Suárez, y Manuel de Jesús Cayol, secretario general del sindicato azucarero del central Santa Cecilia, de Guantánamo, aspiraban a representantes por los auténticos. También lo hacía Mirella Prío, con el apoyo de Mujal, quien con el objetivo de garantizarle el éxito pagó dos mil pesos a Caballero Suárez y mil a Cayol, para que desistieran. Ese dinero, como todo el que empleó en sus maniobras políticas y antisindicales, así como del que se apropió, no sólo procedía del erario público y de la AFL (organización sindical norteamericana), sino también de la Base Naval, de donde se lo proveía Serafino Romualdi, un italiano-americano agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Mujal era el clásico demagogo. En Guantánamo hablaba con todos: en las esquinas, en sus casas, e iba vestido como cualquier ciudadano común. En ese desenvolverse encontró la forma de agenciarse simpatías e imponerse para satisfacer sus ambiciones, que eran muchas, y no dudo que entre ellas figurara la de llegar a ser presidente de la nación. Por suerte para todos, el triunfo de la Revolución nos libró, además, de semejante monstruo.
5 comentarios
Antonio -
dentro dos muros
caído,
pálido barco
na onda serena
chegado.
Noite sem braços!
Cálido sangue
corrido.
E imensamente
o navegante
mudado.
Seus olhos densos
apenas sabem
ter sido.
Seu lábio leva
um outro nome
mandado.
Súbito pássaro
por altas nuvens
bebido.
Pálido barco
nas flores quietas
quebrado.
Nunca jamais
e para sempre
perdido
o eco do corpo
no próprio vento
pregado.
(Cecília Meireles)
Abraços...
www.nogueirajr.blogspot.com
DAMAS DE BLANCO -
Mensaje a intelectuales y artistas del mundo
MIGUEL VALDÉS TAMAYO
Primer Mártir de los 75
Prisionero de Conciencia
Condenado a 15 años de cárcel durante la Primavera
Negra de 2003.
Recibió Licencia Extrapenal en 2004 por padecer serios problemas cardíacos.
Estuvo sometido a fuerte represión de la Seguridad del Estado y podía ser regresado a prisión en cualquier momento.
El 31 de Diciembre de 2006 ingresó en un hospital de La Habana.
El 10 de Enero de 2007 falleció en el hospital.
Distinguidas personalidades:
Conocemos que son Ustedes muy sensibles a las violaciones de los derechos humanos, el terrorismo, los actos de violencia en general y las guerras. Nosotras y nuestros 75 prisioneros de conciencia, injustamente apresados durante la represión de Marzo de 2003, compartimos esos sentimientos.
Durante la Primavera Negra de 2003, 75 pacíficos cubanos fueron condenados en juicios sumarios sin garantías procesales a penas de hasta 28 años de cárcel por los únicos delitos de pretender ejercer su derecho a la libertad de expresión y asociación, y añorar el bienestar de nuestro pueblo, mientras tres jóvenes negros fueron fusilados solamente por el error de haber secuestrado un barco sin cometer hechos de sangre. En esa ocasión, la mayoría de Ustedes suscribieron Cartas Abiertas para exigir la inmediata liberación de todas esas personas.
Transcurridos 4 años, 59 de los 75 continúan en las prisiones cubanas bajo muy duras condiciones, junto a presos comunes de alta peligrosidad, y la mayoría padece serias enfermedades contraídas allí, sin asistencia médica adecuada ni los medicamentos necesarios. 11 que han recibido Licencia Extrapenal por enfermedad pueden ser regresados a las cárceles en cualquier momento. Todos están en peligro de morir como sucediera a Miguel Valdés Tamayo.
Mientras tanto, el Gobierno de Cuba no respeta las Normas Mínimas de Tratamiento a los Prisioneros de las Naciones Unidas, y no permite la visita a las cárceles de prestigiosas personalidades como Ustedes, ni de organizaciones no gubernamentales como la Cruz Roja Internacional. Cuando en el mundo se reclama justamente el cierre de la Prisión Norteamericana de la Base Naval de Guantánamo, no hay preocupación por las terribles condiciones en que viven los reos cubanos de la Prisión Provincial de Guantánamo, a sólo unos kilómetros de allí.
El Gobierno de Cuba no ha realizado ningún paso hacia la democracia y el respeto de los derechos humanos. Por el contrario, han continuado la represión, las detenciones arbitrarias y los juicios a personas pacíficas, en muchas ocasiones luego de permanecer largo tiempo en prisión. Las excarcelaciones ocurridas se deben al término de las condenas. Se pretende que no existen prisioneros de conciencia o políticos pacíficos, sino que son presos comunes o terroristas al servicio de una potencia extranjera. Eso no es verdad.
Nuestros prisioneros son amantes de la paz y la reconciliación entre todos los cubanos, los de la Isla y los del exilio. Coinciden en que los asuntos deben resolverse por todos los ciudadanos residentes en Cuba, sin injerencia extranjera. Agradecen la solidaridad de todas las personas, gobiernos e instituciones de buena voluntad en el mundo, sobre la base del respeto y la igualdad soberana.
ESTIMADAS PERSONALIDADES:
Los invitamos a pedir al Gobierno de Cuba visitar las prisiones al azar y conversar libremente con los prisioneros de conciencia y políticos pacíficos.
Igualmente los invitamos a visitar nuestros modestos hogares para que conozcan como viven nuestras familias.
Los animamos a que reflexionen, pues las demandas de la comunidad internacional, incluida la UNIÓN EUROPEA, no deben disminuir, ya que el Gobierno de Cuba no ha dado ningún paso que demuestre el cese de la represión contra el pueblo.
Los exhortamos a exigir la liberación inmediata e incondicional de los 59 prisioneros de conciencia de los 75, así como que los 11 bajo licencia extrapenal por en enfermedad reciban la libertad incondicionalmente.
La Habana, 7 de Mayo de 2007
DAMAS DE BLANCO
A.Morales -
víctor -
Anónimo -
viene la edición de abril de
www.AndresRivero.com
Cuba en el Recuerdo